"tenemos la responsabilidad de ser madres de la naturaleza y no considerarla ilimitada sino como una entidad que ahora clama amor"

 

Cambio Climático: motivos y consecuencias.

 

 

Nuestra influencia en el cambio climático no puede ponerse en tela de juicio. Nuestra actividad industrial de los dos últimos siglos, especialmente la de los últimos 50 años, es responsable directa de la crisis climática que vivimos. Según datos que ofrece la Comisión Europea, causas naturales como son los cambios en la radiación solar o la actividad volcánica han contribuido en un 0,1°C al calentamiento global en los últimos 150 años. Sin embargo, el calentamiento global inducido por la actividad humana está aumentando a un ritmo de 0,2°C por década.

 

Para Green Peace, el cambio climático es la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad cuyas consecuencias pueden ser trágicas y la ONU, es contundente: el cambio climático constituye una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales.

 

"El Futuro de la Humanidad", un estudio realizado por Amnistía Internacional entre jóvenes de 18 a 25 años en 22 países, recoge que la mayor preocupación para esta generación es el cambio climático y creen que los gobiernos no hacen lo suficiente para revertir la situación. Los más jóvenes están preocupados por su futuro y por la salud del planeta, preocupación que deberíamos compartir todos.

 

Los motivos

 

Los combustibles fósiles siguen representando la mayor parte de la producción y consumo de energía en el mundo.

 

Cada año, la atmósfera registra sus máximos niveles de emisiones CO2, aumentan constantemente. La acumulación de CO2 en nuestra atmósfera es como la basura en un vertedero, a medida que seguimos emitiendo, se sigue acumulando, siendo este el principal motivo del calentamiento de la tierra. Además, otros gases de efecto invernadero -GEI- como el metano o los gases fluorados también tienen un potente impacto sobre el calentamiento global.

 

Al mismo tiempo, de forma constante, se talan millones de árboles indiscriminadamente para la fabricación de materiales como papel, aceite de palma o para que los agricultores obtengan terrenos para sus cultivos.

 

Los motivos los tenemos claramente identificados pero ¿somos conscientes de sus consecuencias?

 

Las consecuencias

 

La NASA señala, que la mayor parte del calentamiento global se ha concentrado en los últimos 35 años, coincidiendo con el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero por la actividad humana. Los modelos de predicción científicos aseguran que, a este ritmo, la temperatura de la tierra entre 2.040 y 2.050 habrá subido 2°C. Si esto ocurriese, nadie en la comunidad científica se atreve a presagiar cuáles serían las devastadoras consecuencias para el planeta y para nosotros como especie.

 

El deshielo de los polos se acelera, es una realidad, el nivel del mar ha subido 20 centímetros en los últimos 100 años y hay zonas terrestres que están desapareciendo o han desaparecido bajo el agua.

 

Todos los años hay incendios descontrolados en España, Australia, EEUU, Portugal, Grecia o en el Amazonas... Millones de hectáreas se han quemado en las últimas décadas.

 

La deforestación mundial se estima en 13,7 millones de hectáreas por año, lo que equivale al área de Grecia. Casi un tercio de las emisiones de CO2, son causadas por la deforestación provocada por incendios y tala indiscriminada. El último informe de la ONU sobre deforestación, concluye que para llegar a la meta y acabar con la deforestación necesitamos 25 años más de los previstos.

 

La ONU ha definido la desertificación como el proceso de degradación del suelo resultante de factores como las variaciones climáticas o las actividades humanas. A nivel europeo, España es el país con más riesgo de sufrir desertificación. Alrededor del 75% del territorio se encuentra en grave peligro y un 6% ya se ha degradado de forma irreversible.

 

Nos hemos acostumbrado a la extinción de especies animales. La biodiversidad mundial ha disminuido alarmantemente: más de 25.000 especies, casi un tercio de las conocidas, están en peligro de desaparecer. El 8% de las especies están amenazadas con carácter irreversible por el cambio climático.

 

Las inundaciones sufren una clara alteración en su frecuencia, magnitud e intensidad por culpa del calentamiento global. Este tipo de catástrofes naturales ya tienen una clara relación con el cambio climático. Es un factor de agravamiento que provoca cambios en los patrones de las precipitaciones. Fenómenos meteorológicos extremos como danas, huracanes o tormentas severas son habituales.

 

Ante tales consecuencias que ya nos afectan qué podemos hacer ¿hay esperanza?

 

La esperanza

 

La cumbre de Paris del año 2015 supuso un antes y un después, un importantísimo paso para la humanidad. Fuimos capaces de llegar a un consenso común como unidad consecuente y consciente de nuestras propias acciones y sus graves consecuencias. Un compromiso global para un problema global.

 

Aunque este compromiso se ha visto boicoteado durante los últimos años por algunos mandatarios negacionistas de la evidencia, podemos (o debemos) afirmar que el compromiso a día de hoy sigue vigente y que los objetivos de desarrollo sostenible promovidos por la ONU para la Agenda 2030 están encima de la mesa de todos los países firmantes y de las grandes corporates, responsables, 90 de ellas, de emitir dos terceras partes de los gases de efecto invernadero en el mundo.

 

Pero la esperanza no sólo viene de la mano del compromiso de gobiernos y corporates, la mayor esperanza son las nuevas generaciones: 1 de cada 4 niños están comprometidos con el cambio climático. Ellos son nuestra verdadera esperanza. No habrá solución, sin antes consciencia del problema y eso es algo que debemos de asumir cada uno de nosotros como individuos para alcanzar la meta colectiva. Tenemos que cambiar muchos de nuestros hábitos para reducir nuestra huella de carbono y sustentar nuestro estilo de vida y sociedad del bienestar en el tiempo.

 

La solución

 

En plena era digital, sin duda, una de las principales palancas que debemos potenciar para encontrar el equilibrio entre nuestro estilo de vida y nuestro entorno es la digitalización.

 

España debe ser referente, paradigma para la sociedad global y demostrar que implicando a todos los actores podemos aportar soluciones. Según palabras de Jose María Álvarez-Pallete, Presidente de Telefónica, “esta es la primera revolución tecnológica que encuentra a nuestro país no solo preparado, sino en vanguardia”.

 

El problema del cambio climático es muy grave y solo conseguiremos revertirlo si digitalizamos muchos procesos que precisan la utilización de recursos naturales. No podemos obviar, que para cumplir con el compromiso de emisiones CERO para 2.050, las energías renovables juegan un papel disruptivo y fundamental para eliminar las emisiones de CO2.

 

En pleno siglo XXI, la tecnología más innovadora que tenemos para absorber las emisiones de CO2 se llama Árboles, son los pulmones del planeta, los grandes reguladores del clima a escala mundial y la reforestación, tiene un rol principal para repoblar de “pulmones verdes” el planeta pero no deja de ser una solución reactiva, si no talásemos indiscriminadamente los bosques no necesitaríamos reforestar con tanta urgencia.

 

Desde Ecoticket, trabajamos proactivamente para solucionar un problema aportando valor para ayudar a combatir el cambio climático: apostamos por digitalizar un proceso nocivo para transformarlo en sostenible prescindiendo del uso de recursos naturales, promoviendo paralelamente un nuevo hábito digital.

 

Si en todo el planeta se utilizase el ticket digital estaríamos evitando anualmente la tala de millones de árboles, el uso de miles de millones de litros de agua y la emisión de miles de millones de toneladas de CO2.

 

No seamos minúsculos seres humanos sino gigantes que dejen huella que no borre el tiempo. Seamos proactivos, conscientes, inteligentes y sostenibles siendo parte de la solución y no del problema.

 

#ticket0, únete a la digitalización del ticket de papel.

Neri Oxman. MIT